La escritura cuneiforme

Los mesopotámicos escribían en tablillas de arcilla blanda utilizando un estilete que dejaba impresas unas muescas (cuñas, de ahí "cuneiforme") o bien haciendo rodar un sello cilíndrico con signos que equivalían a una firma. Al secarse la tablilla, la escritura quedaba fijada. Se han encontrado miles de documentos de este tipo, que compren desde obras literarias e himnos religiosos hasta listas, contabilidades y registros de todo tipo. De origen sumerio, la escritura cuneiforme se adaptó luego a los diversos idiomas que se hablaron en Mesopotamia.

Tablilla escrita en cuneiforme

Descifrado
No fue hasta el 1835, cuando Henry Rawlinson, un oficial británico, descubriera el equivalente de la piedra Rosseta para los egipcios. Encontró en la Inscripción de Behistún un conjunto de textos idénticos escritos en tres idiomas oficiales del Imperio Persa: persa antiguo, babilonio y elamita. Trabajó junto con Edward Hincks con quien en 1851 ya había descifrado más de 200 signos babilonios. Finalmente en 1857, tras un análisis exhaustivo, la Real Sociedad Asiática declaró que la lengua estaba oficialmente descifrada.

Henry Rawlinson